martes, 4 de diciembre de 2007

Entrevistas

HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA ESPAÑOLA
4º Historia del Arte





UN FOTÓGRAFO Y SUS PAISAJES. ENTREVISTA A CARLOS A. SCHWARTZ
MIROSELY ZAMORA GUTIÉRREZ


CARLOS A. SCHWARTZ
Itinerarios: El Hierro
Centro de Arte La Recova
Santa Cruz de Tenerife



Carlos A. Schwartz nació en Santa Cruz de Tenerife en 1942. Realizó sus estudios de Arquitectura, profesión que compagina con la Fotografía. Como fotógrafo a realizado numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas, siendo su primera exposición individual fue Madre Naturaleza en 1976. El trabajo mas reciente de Carlos A. Schwartz es Itinerarios: El Hierro, en el que podemos apreciar temas que han acompañado al fotógrafo durante su carrera; el paisaje, la naturaleza, el tiempo... su paisaje, su naturaleza, su tiempo; y en esta última exposición su Hierro.

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Usted es arquitecto de profesión ¿Qué lo llevo al mundo de la fotografía?

Fui captado primero por la magia de la fotografía cuando estaba estudiando. Compraba una revista que se llamaba Arte Fotográfico. En aquel momento era una revista de referencia. La fotografía española tuvo un cambio importante a finales de los 60 cuando apareció la revista Nueva Lente. Fue un cambio radical.

Recuerdo cuando hice mi primera fotografía fue en un viaje a Inglaterra con 16 años. Curiosamente, la fotografía me sigue fascinando, no solo la fotografía sino el aparataje que la rodea, algo que siempre se mira por encima del hombro. Cuando fui a estudiar arquitectura a Barcelona me compré una cámara, recuerdo estar con la ella y con el manual de instrucciones; aquello me resultaba atractivo. Entonces en algún momento di un salto, me compre una cámara mejor y empecé a hacer fotos. Yo llevaba las fotos a un laboratorio comercial a hacer las copias y comencé a ver el lado más personal. Acabe la carrera, estuve en Valladolid y luego en Las Palmas, seguí fotografiando, pero las fotos eran horribles, y dije: por aquí no tengo futuro. Después vine a Tenerife. Me di cuenta que los laboratorios comerciales de Las Palmas eran peores que los de Barcelona, y decidí montar mi propio laboratorio en el año 1972.

Realizaba fotos pero era algo muy personal, hasta que alguien las vio y me dijo que eran muy buenas, que debería enseñarlas. Al principio uno es muy inseguro de lo que hace pero me animé e hice una primera exposición. A pesar de ser tan inseguro y tan tímido ante aquel fenómeno me aventure e hice, personalmente en mi laboratorio, unas copias grandísimas de 50x60 de unos negativos de 35mm.



¿Qué le impulsó a realizar Itinerarios y que significa para usted?

El inicio de la serie Itinerarios surgió de casualidad. Yo fui a Fuerteventura en el año 1985 con mi familia sin pretensiones de hacer nada con ese material, pero hice fotografías de la isla que me resultaron fascinantes, y ha cambiado mucho desde esa primera vez. Por una serie de casualidades a través de un amigo común, mío y del que entonces era Viceconsejero de Cultura, surgió la posibilidad de editar ese libro que fue el primero, titulado Fuerteventura Itinerarios. Con ese título genérico he publicado Fuerteventura primero, después Lanzarote, y próximamente publicaré El Hierro.

El Hierro retrata la parte mas intemporal de todas las islas. Lo que muestro en la exposición será el esqueleto del libro, tendrá paisajes y tendrán puntos que para mí son especialmente interesantes, como el Mirador de Vascos, La Sabina... mi Hierro. A veces pienso que hay sitios que no he ido, pero no quiero ser exhaustivo con las islas, quiero que quede ahí lo que ha captado mi atención.

Durante una breve charla sobre su exposición usted dijo que Itinerarios daba una visión nostálgica y personal sobre al isla de El Hierro. A su vez esta realizando una serie llamada Transformaciones ¿sería entonces esa serie la que mostraría el lado crítico y no tanto el personal?

Mas que una visión nostálgica buscaba reunir lo que me interesaba, la parte mas intemporal de isla, en general paisajes solitarios. De hecho hay una frase, que me parece muy interesante, del fotógrafo Robert Adams, “el paisaje no es solo geografía sino también es autobiografía y metáfora”. Entonces hay algo tuyo, ese es mi Hierro, una isla que tiene una especie de punto mitológico en esos árboles retorcidos en los que hay como caras, hay un mundo que traspasa el mero retrato o registro de la realidad, ese árbol también es tiempo. Cuando uno hace fotos de paisajes se esta fotografiando uno mismo, seleccionando del mundo que lo rodea todo lo que le ofrece; hay que procurar ser transparente, sincero contigo mismo. Al final reivindico una cierta ética, no dejarte llevar por modas pasajera y ser auténtico.

Transformaciones, en cambio, es un proyecto distinto en el sentido de que son paisajes en los que siempre habrá la intervención del hombre. En Itinerarios también hay, lo que pasa es que con Transformaciones quiero ser mas directo, desde un claro aspecto crítico.

¿Cómo cree usted que es la mirada del espectador que observa un trabajo realizado desde un punto de vista crítico a la del que observa un trabajo realizado desde un punto de vista personal?

Yo por lo menos no quiero que Transformaciones sea crítica en el sentido mas literal, porque entonces podría convertirme en un periodista gráfico, y eso no me interesa, trato de que haya cierta poética en lo que muestro. Las propuestas no son todas iguales, uno tiene que ponerse un poco en la piel del fotógrafo y pensar ¿Qué me quiere contar?.

Prefiero rehuir de una lectura directa. Quiero que las imágenes destilen cierta ambigüedad, que tengan lecturas distintas, que inviten a reflexionar sobre cosas. Para mí la fotografía es una forma de indagar acerca del mundo y de mí mismo, y me pregunto ¿Por qué hago estas fotos y no otras?, y eso me ayuda a entenderme un poco más.

¿Se enfrenta al paisaje como si fuera un retrato?

Hablo de paisaje, hablo de retratos, pero cuando estamos hablando del sujeto, del tema a fotografiar, esas aproximaciones, tu manera personal de hacerlo tiene afinidades. En 1993 realicé una exposición titulada Paisajes (II Bienal Internacional Fotonoviembre, Colegio de Arquitectos, Santa Cruz de Tenerife) donde rastreaba en los rostros de las personas buscando paisajes; sacaba fragmentos de arrugas, una cabeza vista de arriba, de modo que casi no se reconocían como retratos. Buscaba cosas que ves en la naturaleza, en fin nosotros somos parte de la naturaleza.

¿Qué es mas fácil captar la esencia de un rostro o la esencia de un paisaje?

Eso me cuesta contestarlo porque, como me he movido en los dos aspectos, hace falta alguien que haga la crítica. Yo los abordo de distintas formas, porque el paisaje espera infinitamente; en cambio para el rostro, para una cara existen otros mecanismos de aproximación.

Existe una especie de simetría en algunas de sus fotografías, ¿se debe tal vez a su profesión de arquitecto?

Es posible. En algún momento he dicho que la profesión ha influido en mí manera de mirar, porque en definitiva uno proyecta de una determinada manera. Es difícil de definir, pero al final todo soy yo y mis experiencias, mis intuiciones y mi sensibilidad abierta a la fotografía y a la arquitectura. Me gusta que los encuadres tengan cierto equilibrio, y a veces tiendo a ser ¿simétrico? Hay un planteamiento simétrico pero no tanto en la foto individual sino en el conjunto del montaje.

¿El montaje lo realizó usted?

Sí, con la ayuda del profesor Carmelo Vega.

Como arquitecto, y con visión de fotógrafo, ¿cómo ve el desarrollo de las islas en cuanto al urbanismo se refiere?

Lo veo críticamente. Un ejemplo para mí es Fuerteventura; cómo era cuando yo la descubrí a cómo es hoy, el cambio ha sido radical. El desarrollo ha aniquilado cosas que eran parte de la magia de la isla. Yo tenía unas percepciones de Fuerteventura que he perdido por las modificaciones que ha sufrido la isla, que ha crecido con un arquitectura mediocre, una arquitectura de consumo, de mercado, que no tiene una intención mas allá de la mera construcción para venderla y sacar dinero. Esa asociación la tengo con todas las islas. El Hierro, La Palma y La Gomera son las islas que todavía han resistido al “progreso”. Creo que deberíamos haber sido mas cautos con respecto a la ocupación de las islas, pero claro al final el dinero mueve todo. Crecer no supone sacrificar lo que teníamos, y en ese aspecto ha habido muy poca sensibilidad.

¿Podría usted valorar de manera autocrítica su exposición?

No, es difícil. Yo lo que hago es lo que siento. Todavía hago fotografía como si estuviese empezando, para mí es un camino inagotable, y eso me gusta, porqué me mantiene con la misma afición, yo soy un amateur en el sentido literal. Yo abordo mis todas fotos con el mismo interés.

¿Considera la fotografía arte?

Lo que es evidente es que la fotografía ha entrado en el mundo del arte, y hay una sensación de dicotomía; parece que sí, que la fotografía esta valorada como arte pero yo reivindico al fotografía como fotografía. La fotografía tiene la virtud de que sus recursos son infinitos y todos los cambios son válidos. Creo que es una cuestión mas de mercado... yo lo que tengo conciencia es de que hago fotos. En la fotografía hay una mirada personal, y también valores externos, de mercado. Yo nunca cambiaría mi manera de aproximarme al medio, aunque el mercado pida otra cosa distinta. Tenemos una especie de afán por compartimentar las cosas, la fotografía es fotografía; si alguien da por ella mucho dinero pues es una fotografía que vale mucho dinero, no tienes porque cambiar su calificativo.

¿Qué opina sobre la crítica y los críticos de arte?

Los críticos son en cierta manera intermediarios. La crítica es una manera de mediar entre las propuestas que hace el creador y la observación del espectador. Por otra parte, el hecho de que hayan proceso creativos significa que habrá intereses de por medio, pero una cosa son las pequeñas miserias del ejercicio de la crítica y otra es el hecho de la crítica en sí. No digo que la critica diga las verdades pero sí que puede aportar, por lo menos, maneras que enriquezcan la visión de alguien que este interesado no solamente en ver sino en ver lo que han visto otros. La crítica en sí misma tiene algo de creativo en el sentido de que uno interpreta y hace una teoría sobre algo; no siempre se acierta, pero no importa, porque eso puede hacer la obra mas interesante.

¿Considera usted qué la creación de arte contribuye de alguna manera al desarrollo de la humanidad o que es un acto egoísta?

Estamos hablando de una parte de la vida que para mí es sustancial, la cultura. La apreciación del arte, el disfrute de la música, de la arquitectura, de todas las artes es un enriquecimiento espiritual. Si disfrutamos de las artes y tenemos la capacidad de entenderlas, seremos mas ricos. La riqueza no tiene que ver con nuestros bienes materiales sino en cuanto tenemos aquí dentro, en la mente. En la medida en que enriquecemos la cultura viviremos la vida mejor; y creo que, en ese sentido, la creación de arte no es egoísta sino que es un impulso del ser humano con muchísimos escalones. Tener el lado creativo enriquecido nos hace disfrutar más de la vida y nos hace mas libres; como leí en un graffiti: “Ser culto nos hace ser libres”. Es algo que comparto, porque el ser culto y tener capacidad de creación nos hace ser más analíticos con respecto al mundo que nos rodea.

¿Qué opinión le merece Fotonoviembre como institución, y Fotonoviembre 2007?

Mi opinión con respecto a este último año es que está ya consolidada como una actividad con cierta resonancia a nivel nacional y que nos da una oportunidad a los que estamos aquí. Es un privilegio para nosotros tener a nuestro alcance una serie de exposiciones, muchísimas de gran nivel. Aunque hay actividades que realiza Fotonoviembre, me gustaría que hubiese más. Pero, en general, el balance es positivo.

1 comentario:

Carlos A. Schwartz dijo...

Contesto por alusiones. Me ha gustado mucho la entrevista que me ha hecho Mirosely Zamora, porque me ha obligado a reflexionar sobre aquello que me impulsa a hacer fotografías. Me ha parecido entender que es escéptica con respecto al ejercicio de la crítica, y tengo que decir que me parece una tarea noble y fundamental. En lo que a mí respecta, las entrevistas (si son buenas como la de Mirosely) y la crítica me permiten avanzar en mi trabajo y conocerme un poco más. Animo a todos a hacerlo. Y si dan algo de "caña", probablemente será mejor para todos. Así provocamos un debate y ejercitamos el contraste de pareceres, que siempre es bueno y necesario.